En 2021 el Ministerio de Educación de la Nación diseña y edita tres antologías literarias para la educación primaria. Los libros fueron diseñados por María Teresa Andruetto, Mario Méndez, María Cristina Ramos, Graciela Bialet, Oche Califa, Cinthia Kuperman y Oscar Yaniselli.
“Leer x Leer 1: lecturas para compartir en voz alta”
Mempo Giardinelli (comp.)
Ministerio de Educación de la Nación
Buenos Aires
2021
Por Mila Cañón (*)
En el año 2014 el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología a través del Plan Nacional de Lectura editaba la colección “Leer x Leer. Lecturas para estudiantes”. Se trata de cinco antologías de valiosos textos literarios para la educación secundaria que se repartieron en las escuelas de todo el país y se distinguían por los colores de sus tapas, que aún hoy habitan las bibliotecas escolares.
Entre muchísimos otros envíos de libros a las escuelas -sus aulas y bibliotecas, para los estudiantes, los docentes y a veces para los estudiantes y sus familias-, en el año 2021 se diseñan y editan con el mismo título tres antologías para la educación primaria: “Leer x Leer. Educación Primaria. Lecturas para compartir en voz alta”. Son tres libros que fueron diseñados por María Teresa Andruetto, Mario Méndez, María Cristina Ramos, Graciela Bialet, Oche Califa, Cinthia Kuperman y Oscar Yaniselli, coordinados por Mempo Giardinelli, como en 2014. En el marco de la pandemia, el Estado retoma la decisión política de cumplir con la Ley de Educación Nº 26.206 (Art. 91), por lo que lleva a cabo una selección federal, con la intención, nuevamente, de que los lectores tengan acceso, o sea, se restituya el derecho de acceder a los bienes culturales en la escuela.
A diferencia de aquellos, los últimos envíos que llegan en papel, también se pueden hallar en soporte digital en el portal educ.ar, y además, en general, los textos son acompañados con materiales de apoyo, sugerencias y envíos en las redes sociales. Las antologías poseen umbrales de ayuda e información contextual de los autores, y se suman índices que clasifican la literatura tradicional -sus compiladores o reescritores- y la de autor; se añaden el género y los créditos. No solo se presenta una sumatoria de textos, sino que se plantea una colección que da cuenta del panorama del campo literario y la necesidad de que circule en las escuelas.
Particularmente, el libro 1 se organiza en una selección en general poética en su apartado “Portal de palabras” de textos de autoría nacional -Iris Rivera, Silvia Schujer o Cecilia Pisos- y extranjera -Lorca o Machado-, de tradicional oral de distintas zonas del país, y también bilingües como la “Canción de cuna qom” que puede leerse en diálogo con “Receta para dormir” de Yolanda Reyes.
Tal vez el canon más cristalizado de la literatura argentina para niños y niñas se observa en “De las cosas que suceden”, que inicia con la narrativa de Javier Villafañe y María Elena Walsh. Las operaciones de selección del tercer apartado se centran en un itinerario de animales que va más allá del género y el origen, y expone textos fundamentales del campo: “Yo, ratón” de Devetach y “Ratita gris y ratita azul” de Edith Vera o la canónica “Marcha de Osías”, entre otros.
El Estado editor muestra las operaciones de selección que toda antología desnuda: qué leer, qué seleccionar, qué mostrar, qué recortar, cómo agrupar. Otra sección “Cuando el miedo…” describe un itinerario de lecturas encabezado por Graciela Cabal en “Miedo”, y por último, “Historias de siempre”, una propuesta transformadora que descubre textos clásicos -muchos maravillosos- de otras latitudes que abren la lectura hacia lo fantástico y también hacia diversidades culturales que muestran cosmovisiones distintivas.
El hecho de que sea el Estado el agente editor y distribuidor de estas antologías complejas y desafiantes, en particular, imprime un sesgo diferencial y determinante en esta operación que es así simultáneamente cultural, educativa, estética y política, ya que asegura el acceso a un altísimo porcentaje de lectores. Ojalá los mediadores se apropien de la propuesta.
(*) Miembro de la ONG Jintajáfora. Redes sociales para la promoción de la lectura y la escritura.